Ellos formarán este próximo grupo y se ocuparán de poner de manifiesto la realidad de la existencia del alma y la nueva psicología basada en los siete tipos de rayos y en la nueva astrología esotérica. Su tarea principal será relacionar, mediante técnicas aprobadas, el alma con la personalidad, que conducirá a la revelación de la divinidad a través de la humanidad. Actuarán, además, como transmisores de iluminación entre grupos de pensadores y también como iluminadores del pensamiento grupal. Transmiten ahora energía desde un centro mental a otro, sobre todo la energía de las ideas. El mundo de las ideas es un mundo de centros de fuerza dinámica. Recuerden esto. Deberá establecerse contacto con estas ideas y anotarlas, y su energía debe ser asimilada y trasmitida.
(El Discipulado en la Nueva Era I, pp. 48-52; pp. ingl. 35-40)